"Esta impresión de la imagen es instantánea. [...] Se retira y se ubica en un lugar oscuro. Una hora más tarde la impresión se ha secado, y usted tiene una representación, valiosa por el hecho de que ningún arte puede imitar su veracidad." (Charles-François Tiphaigne de la Roche: "Giphantie".)
Permítanme copiar el párrafo completo (palabra por palabra) de donde estraje el fragmento que da inicio a esta entrada:
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"Usted sabe que los rayos de luz reflejados por diferentes objetos forman imágenes, pintan la imagen reflejada en todas las superficies pulidas, como por ejemplo, en la retina del ojo, sobre el agua y sobre el cristal. Los espíritus en su intento de fijar estas imágenes fugaces, han creado una sustancia sutil por medio de la cual se puede formar una imagen en un abrir y cerrar de ojos. Cubren un lienzo con esta sustancia y lo ubican frente al objeto que desean capturar. El primer efecto es similar al de un espejo, pero debido a su naturaleza viscosa el lienzo logra conservar un facsímil de la imagen, lo cual no ocurre en un espejo. El espejo representa fielmente las imágenes, pero no las conservas; nuestro soporte las representa con igual fidelidad, pero además las conserva. Esta impresión de la imagen es instantánea. El lienzo se retira y se ubica en un lugar oscuro. Una hora más tarde la impresión se ha secado, y usted tiene una representación, valiosa por el hecho de que ningún arte puede imitar su veracidad."
Este párrafo no suena ni emocionante ni extravagante, salvo por la extraña alusión a "los espíritus" con que comienza la segunda frase. Sólo parece ser una descripción del proceso fotográfico tradicional [1]. Se cubre un soporte con una sustancia que logra conservar la imagen que se proyecta sobre él. Luego se trata en un cuarto oscuro, y cuando la impresión se ha secado, se tiene una fotografía. Nada más común, ¿no?. Sin embargo... Lo notable, lo increíblemente fantástico acerca de esta descripción de la fotografía, es que la novela donde aparece fue publicada en 1760, o sea medio siglo antes de que Josephé Nicéphore Niépce (1765-1833) comenzara las investigaciones que lo llevarían a obtener la primera fotografía de la historia, titulada "Desde la ventana en Le Gras" [2]. De hecho, Charles-François Tiphaigne de la Roche (1722-1774) falleció cuando Niépce apenas era un niño de nueve años de edad. El término "novela de anticipación" con la que se suele rotular a "Giphantie" nunca fue mejor usado que en este caso.
En esta novela, cuyo título es un anagrama del apellido de su autor TIPHAIGNE = GIPHANTIE, se presenta una raza de seres superiores que tiene, entre otras habilidades, la de fijar las imágenes de una manera que "ningún arte puede imitar".
Pero esta no es la única de sus novelas donde Tiphaigne de la Roche nos demuestra su capacidad visionaria [3]. Por ejemplo, en "Amilec", de 1753, un sueño filosófico a la manera del "Somnium" [4] de Johannes Kepler (1571 - 1630) sobre la pluralidad de planetas habitados, Tiphaigne de la Roche anticipa el Big Bang, la expansión del universo y la existencia de planetas extrasolares:
Tal como nos explica Jacques Marx [5], "el problema de la "simpatía" es uno de los problemas clave de la historia de la ciencia y al mismo tiempo una herencia del pensamiento clásico, dominado por el vitalismo". La explicación de Tiphaigne de la Roche, donde la atracción sexual está determinada por exudaciones de un fluido "simpatético", demuestra un esfuerzo por rechazar las nociones tradicionales y ponerlas en un contexto materialista afín con su época.
Poco se sabe sobre la vida de Charles-François Tiphaigne de la Roche. A pesar de esta falta de información, o tal vez en parte espoleada por ella, se está comenzando a desarrollar un mayor interés acerca de él y de su obra. Por ejemplo, en Marzo del presente año tuvo lugar en la Université Stendhal (también conocida como Grenoble 3) un coloquio internacional "consagrado a rehabilitar la figura de este precursor sin par". Por otra parte, ya hay una página web donde se puede acceder a gran parte de su obra en formato electrónico.
Sin embargo, la fuente más importante sobre su vida sigue siendo un libro escrito en el siglo XIX por Albert Léon Marie Le Nordez, obispo de Dijon [6]. Nacido el 19 de Febrero de 1722 en Montebourg, Normandía, Tiphaigne realizó sus primeros estudios en un colegio de Valognes. A los 22 años ganó un premio literario por una "Ode sur la Maison de Pindare". Ese año de 1744 se graduó como médico en la Universidad de Caen. Marie Joseph Le Cacheux [7] ve a Tiphaigne de la Roche como un médico cercano a sus pacientes, pero también ocupado con la lectura de las obras de su tiempo, cuya influencia se filtraría en sus novelas. Tiphaigne de la Roche también trabajó en Rouen y en su ciudad natal, donde falleció el 11 de Agosto de 1774.
Las referencias herméticas que se pueden encontrar en la obra de Tiphaigne de la Roche, sus conocimientos científicos y técnicos, su tendencia a dejar sus obras en el anonimato y el uso anagramas y dobles significados, han dado pie a que se le atribuya a Tiphaigne de la Roche una supuesta afiliación alquimista [8]. Jean Lauzon [9] especula que la obra de Tiphaigne de la Roche "contiene toda la información necesaria para reconocer la idea de la fotografía", y que, en ese sentido "la fotografía es hija de la alquimia". Interesante idea, ¿no?
En esta novela, cuyo título es un anagrama del apellido de su autor TIPHAIGNE = GIPHANTIE, se presenta una raza de seres superiores que tiene, entre otras habilidades, la de fijar las imágenes de una manera que "ningún arte puede imitar".
Pero esta no es la única de sus novelas donde Tiphaigne de la Roche nos demuestra su capacidad visionaria [3]. Por ejemplo, en "Amilec", de 1753, un sueño filosófico a la manera del "Somnium" [4] de Johannes Kepler (1571 - 1630) sobre la pluralidad de planetas habitados, Tiphaigne de la Roche anticipa el Big Bang, la expansión del universo y la existencia de planetas extrasolares:
Puedes creer, dijo Amilec, la innumerable multitud de torbellinos, de soles y de planetas habitados que conforman este vasto universo, todo lo cual (no, tu no lo creerás jamás), todo, cabía en un grano del tamaño de un guisante. El desarrollo se daría poco a poco, y aún no ha terminado [...]En "L'Amour dévoilé, ou le système des sympathies" de 1749 nos habla de las feromonas, más de dos siglos antes de que Adolf Butenand (1903-1995) descubriera la primera de tales sustancias químicas, el bombykol (C16H30O, en la imagen) emitido por las hembras de los gusanos de seda.
Tal como nos explica Jacques Marx [5], "el problema de la "simpatía" es uno de los problemas clave de la historia de la ciencia y al mismo tiempo una herencia del pensamiento clásico, dominado por el vitalismo". La explicación de Tiphaigne de la Roche, donde la atracción sexual está determinada por exudaciones de un fluido "simpatético", demuestra un esfuerzo por rechazar las nociones tradicionales y ponerlas en un contexto materialista afín con su época.
Poco se sabe sobre la vida de Charles-François Tiphaigne de la Roche. A pesar de esta falta de información, o tal vez en parte espoleada por ella, se está comenzando a desarrollar un mayor interés acerca de él y de su obra. Por ejemplo, en Marzo del presente año tuvo lugar en la Université Stendhal (también conocida como Grenoble 3) un coloquio internacional "consagrado a rehabilitar la figura de este precursor sin par". Por otra parte, ya hay una página web donde se puede acceder a gran parte de su obra en formato electrónico.
Sin embargo, la fuente más importante sobre su vida sigue siendo un libro escrito en el siglo XIX por Albert Léon Marie Le Nordez, obispo de Dijon [6]. Nacido el 19 de Febrero de 1722 en Montebourg, Normandía, Tiphaigne realizó sus primeros estudios en un colegio de Valognes. A los 22 años ganó un premio literario por una "Ode sur la Maison de Pindare". Ese año de 1744 se graduó como médico en la Universidad de Caen. Marie Joseph Le Cacheux [7] ve a Tiphaigne de la Roche como un médico cercano a sus pacientes, pero también ocupado con la lectura de las obras de su tiempo, cuya influencia se filtraría en sus novelas. Tiphaigne de la Roche también trabajó en Rouen y en su ciudad natal, donde falleció el 11 de Agosto de 1774.
Las referencias herméticas que se pueden encontrar en la obra de Tiphaigne de la Roche, sus conocimientos científicos y técnicos, su tendencia a dejar sus obras en el anonimato y el uso anagramas y dobles significados, han dado pie a que se le atribuya a Tiphaigne de la Roche una supuesta afiliación alquimista [8]. Jean Lauzon [9] especula que la obra de Tiphaigne de la Roche "contiene toda la información necesaria para reconocer la idea de la fotografía", y que, en ese sentido "la fotografía es hija de la alquimia". Interesante idea, ¿no?
- El grabado que da inicio a esta entrada se debe a Stefano della Bella (1610 - 1664). En él se ve una cámara oscura tomando captando una imagen de Florencia (Library of Congress, Washington DC, Lessing J. Rosenwald Collection).
- Desde la ventana.
- En la misma obra, Tiphaigne de la Roche describe un sistema de transmisión de imágenes a distancia, que parece anticipar la televisión.
- En este relato fantástico escrito en Latín, un estudiante de Tycho Brahe es trasportado a la Luna por fuerzas misteriosas. Al presentar una descripción detallada de como se ve la Tierra desde su satélite, esta obra no sólo es considerada como el primer tratado científico de astronomía lunar, sino también como el primer relato de ciencia ficción.
- J. Marx: Tiphaigne de la Roche: Modéles de I'imaginaire au XVIIIe siècle (Brussels: Editions de l'Université de Bruxelles, 1981), pag. 27.
- A. L. M. Le Nordez: Tiphaigne de la Roche ou un moraliste normand du siècle dernier en La Normandie Littéraire, Archéologique, Historique (Rouen, 1892).
- M J. Le Cacheux: Un médecin philosophe au XVIIIème siècle. Le Normand Tiphaigne de la Roche, en Précis des travaux de l’Académie des Sciences, Belles Lettres et Art de Rouen pendant les années 1945 et 1950 (Rouen, 1952).
- Fulcanelli: Les Demeures philosophales et le symbolisme hermétique dans ses rapports avec l'art sacré et l'ésotérisme du grand œuvre (Pauvert, 1996).
- J. Lauzon: La photographie fille de l’alchimie, en Horizons philosophiques 11 (1), automne 2000.
Me gusta esta visión de origen de la fotografía, gracias por la reflexión saludos
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ResponderEliminarmuchas por tan buenas busquedas
ResponderEliminarGracias por develar otro hijo de Francia visionario tal como Jules Verne! Qué hizo que Francia fuera el caldo de cultivo de tales visionarios?
ResponderEliminarMe gusta esta visión del origen de la fotografía, gracias por la reflexión saludos
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