La Basílica romana de Santa María Maggiore fue construida cerca del templo de Juno Lucina, cuyo culto muestra similitudes con el de la Madre de Dios. Por otra parte, el relato del milagro de la nieve es casi un milenio posterior a la basílica. Por ello, el milagro no parece tener una base histórica, pero ¿puede ser el recuerdo de un evento natural?
Santa Maria Maggiore fue la primera iglesia romana dedicada al culto de María, y se la conoció con el nombre de Basilica Liberii, en referencia al papa Liberio. Más tarde, Sixto III (432-440) la restauró y la dedicó a Theotokos, es decir a la Madre de Dios, ya que así había sido definida María por el primer concilio de Efeso en 431, en contra de la herejía Nestoriana. Fue entonces cuando recibió el nombre actual de Santa Maria Maggiore. La fiesta de “Nuestra Señora de las Nieves”, que se desarrollaba en esta basílica arrojando pétalos blancos para conmemorar el milagro, se universalizó bajo Pio V (1566-1572) y Clemente VIII (1592-1605). Dicho sea de paso, durante el pontificado de este último Papa, fue procesado, condenado y ejecutado Giordano Bruno (1548 – 1600), tema sobre el que seguramente volveremos más adelante.
Santa Maria Maggiore es una de las iglesias con más tradición e historia de Roma. Allí celebró su primera misa San Ignacio de Loloya, y San Pio V rezó el rosario por la victoria en Lepanto. También fue en esta basílica donde en la noche de Navidad de 1517 San Cayetano de Thiene, uno de los santos más venerados en Argentina, estaba orando frente al altar cuando sintió que el niño Jesús se le subía a sus brazos. Cayetano guardó el secreto de su visión por más de un mes, hasta el 28 de Enero, cuando lo comentó en una carta dirigida a Laura Mignani, monja en un convento Agustiniano de Brescia, a quien no conocía en persona pero por quien sentía una gran pasión. “Aún si lo quisiera” –le escribió una vez- “tu nombre nunca podría ser borrado de mi memoria”.
Una advertencia: Si alguna vez tienen la oportunidad de visitar la basílica, es posible que escuchen decir que el encofrado del techo (en la imagen, según otro óleo de Giovanni Paolo Pannini [1]) realizado por Giulano da Sangallo, fue dorado con oro de Perú que los reyes católicos le regalaron al controvertido papa borgia Alejandro VI. Pues, ¡no es cierto! Alejandro VI falleció en 1503 y la reina Isabel al año siguiente. Para entonces faltaban quince años para que Cortés conquistara el Imperio Azteca y algo menos de tres décadas para que Pizarro hiciera lo propio con el Imperio Incaico.
Ahora bien, tal como decíamos, el relato del milagro de la nieve es casi un milenio posterior al evento que relata. En ese sentido, parece no tener ninguna base histórica. De hecho, es posible que la colina Esquilina fuese elegida como lugar para construir una iglesia dedicada a María con el fin de eliminar el culto pagano de Juno Lucina, a quien se dedicaban las fiestas llamadas Matronalia que se celebraban en un pequeño templo en la misma colina (mostrado con un punto rojo en el mapa).
Recordemos que Juno era una diosa romana equivalente a la Hera griega, hermana y esposa de Júpiter, con el que tuvo dos hijos, Marte y Vulcano y una hija, Ilitía. Como diosa del matrimonio y reina de los dioses, Juno era una deidad mayor fácilmente asimilable a la imagen de María, madre de Jesús. Con el epíteto Lucina, se la representaba como “la que trae niños a la luz”, y era tradicional que las mujeres que estaban esperando un niño le rezaran. En el denario de Lucila, hija de Marco Aurelio y esposa de Lucio Vero, que data del año 166-9, vemos la imagen de una mujer sentada con la leyenda IVNONI LVCINAE, es decir "dedicada a Juno Lucina" [2]. Aparece sosteniendo un niño con el brazo izquierdo y una flor con la mano derecha, . El niño puede parecer algo rígido, pero hay que recordar la costumbre de la época de fajar a los recién nacidos, dejando visible sólo su cara. La flor de la esperanza es por el bienestar y salud del niño.
Por otra parte, recordemos que en el mosaico del arco triunfal de Santa Maria Maggiore, realizado por encargo de Sixto III en en siglo V, la primera imagen arriba a la izquierda muestra una representación de la Anunciación con María vestida como una princesa romana.
Estas evidencias parecen indicar que la dedicación de la Basílica a la Madre de Dios fuese parcialmente motivada para reemplazar el culto de Juno Lucina. Por otra parte, el relato del milagro de la nieve es casi un milenio posterior a su construcción. De ser así, el milagro podría carecer de una base histórica. Sin embargo, ¿puede ser el recuerdo de un evento natural?, es decir,
- ¿Es posible que ocurra una nevada en verano?
- ¿Es posible que la nieve caiga sólo en una pequeña zona muy bien delimitada?
- ¿Es posible que la nieve marque un patrón geométrico en el suelo?
Dejemos estas preguntas macerando, y volvamos sobre ellas en alguna entrada futura para realizar un análisis probabilístico y otro, desde la Física.
Santa Maria Maggiore es una de las iglesias con más tradición e historia de Roma. Allí celebró su primera misa San Ignacio de Loloya, y San Pio V rezó el rosario por la victoria en Lepanto. También fue en esta basílica donde en la noche de Navidad de 1517 San Cayetano de Thiene, uno de los santos más venerados en Argentina, estaba orando frente al altar cuando sintió que el niño Jesús se le subía a sus brazos. Cayetano guardó el secreto de su visión por más de un mes, hasta el 28 de Enero, cuando lo comentó en una carta dirigida a Laura Mignani, monja en un convento Agustiniano de Brescia, a quien no conocía en persona pero por quien sentía una gran pasión. “Aún si lo quisiera” –le escribió una vez- “tu nombre nunca podría ser borrado de mi memoria”.
Una advertencia: Si alguna vez tienen la oportunidad de visitar la basílica, es posible que escuchen decir que el encofrado del techo (en la imagen, según otro óleo de Giovanni Paolo Pannini [1]) realizado por Giulano da Sangallo, fue dorado con oro de Perú que los reyes católicos le regalaron al controvertido papa borgia Alejandro VI. Pues, ¡no es cierto! Alejandro VI falleció en 1503 y la reina Isabel al año siguiente. Para entonces faltaban quince años para que Cortés conquistara el Imperio Azteca y algo menos de tres décadas para que Pizarro hiciera lo propio con el Imperio Incaico.
Ahora bien, tal como decíamos, el relato del milagro de la nieve es casi un milenio posterior al evento que relata. En ese sentido, parece no tener ninguna base histórica. De hecho, es posible que la colina Esquilina fuese elegida como lugar para construir una iglesia dedicada a María con el fin de eliminar el culto pagano de Juno Lucina, a quien se dedicaban las fiestas llamadas Matronalia que se celebraban en un pequeño templo en la misma colina (mostrado con un punto rojo en el mapa).
Recordemos que Juno era una diosa romana equivalente a la Hera griega, hermana y esposa de Júpiter, con el que tuvo dos hijos, Marte y Vulcano y una hija, Ilitía. Como diosa del matrimonio y reina de los dioses, Juno era una deidad mayor fácilmente asimilable a la imagen de María, madre de Jesús. Con el epíteto Lucina, se la representaba como “la que trae niños a la luz”, y era tradicional que las mujeres que estaban esperando un niño le rezaran. En el denario de Lucila, hija de Marco Aurelio y esposa de Lucio Vero, que data del año 166-9, vemos la imagen de una mujer sentada con la leyenda IVNONI LVCINAE, es decir "dedicada a Juno Lucina" [2]. Aparece sosteniendo un niño con el brazo izquierdo y una flor con la mano derecha, . El niño puede parecer algo rígido, pero hay que recordar la costumbre de la época de fajar a los recién nacidos, dejando visible sólo su cara. La flor de la esperanza es por el bienestar y salud del niño.
Por otra parte, recordemos que en el mosaico del arco triunfal de Santa Maria Maggiore, realizado por encargo de Sixto III en en siglo V, la primera imagen arriba a la izquierda muestra una representación de la Anunciación con María vestida como una princesa romana.
Estas evidencias parecen indicar que la dedicación de la Basílica a la Madre de Dios fuese parcialmente motivada para reemplazar el culto de Juno Lucina. Por otra parte, el relato del milagro de la nieve es casi un milenio posterior a su construcción. De ser así, el milagro podría carecer de una base histórica. Sin embargo, ¿puede ser el recuerdo de un evento natural?, es decir,
- ¿Es posible que ocurra una nevada en verano?
- ¿Es posible que la nieve caiga sólo en una pequeña zona muy bien delimitada?
- ¿Es posible que la nieve marque un patrón geométrico en el suelo?
Dejemos estas preguntas macerando, y volvamos sobre ellas en alguna entrada futura para realizar un análisis probabilístico y otro, desde la Física.
- Giovanni Paolo Pannini, “Interno di Santa Maria Maggiore a Roma” (c.1730) actualmente en el Hermitage de San Petersburgo.
- W. Welch: What I Like About Ancient Coins.
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